Por Said Pulido
El cielo camina con el personaje, se disuelve en el sonido del viento, pero a la vez, un desierto árido acompaña una sombra que corre y salta, casi se queda volando sobre la pendiente de unos diez metros, se escucha una respiración agitada.
Brincamos a la sala de espera de un hospital donde una mujer da a luz a un bebé que no llora, parece estar indiferente al mundo que percibe, y entonces, uno de los doctores concibe al bebé de nombre Mateo como un niño que no quiere estar en un mundo de la chingada, a lo que la solución es volver a meter al bebé por la vagina de la madre para que se quede adentro. Entonces el personaje de Silverio Gama y su esposa Lucía salen del hospital en una cómica frialdad de que su hijo en realidad no quiso venir al mundo, se regresó de donde venía. Ella va arrastrando un sangrante cordón umbilical luego de cortarlo con tijeras, e inicia una metáfora soporífera y pretenciosa pero interesante epopeya de tres horas. Esto señoras y señores es Bardo, el séptimo largometraje del ya reconocido director, ganador de miles de premios, incluyendo el premio Oscar a mejor director dos veces ganado , el premio a mejor película por “Birdman : La inesperada virtud de la ignorancia” , multi nominado a mejor película extranjera en los Oscars por Amores Perros y Biutiful y ganador en Cannes a mejor director por Babel. Bueno, son infinidad de premios y elogios recibidos a este director que bien se lo tiene merecido y bien representa el tema central de la película, que muy al estilo de Federico Fellini y también tomado de Paolo Sorrentino , nos presenta su película más personal y multifacética, más experimental y a la vez desnuda de alma .
El filme nos presenta a Silverio Gama (interpretado por Daniel Giménez Cacho) un periodista y documentalista mexicano reconocido que recibe un premio muy prestigioso en Los Ángeles, ciudad donde radica con su familia, entre ellos está su esposa Lucía (Griselda Siciliani) y su hijo Lorenzo ( Iker Sánchez Solano ) , su hija radica en Boston (Ximena Lamadrid ) y todos en conjunto viajan a México a celebrar el galardón. Silverio aprovecha una gira de medios y su familia se centra en la vida del personaje del periodista para un licuado emocional y geo-histórico, político y social de pensamientos y viajes introspectivos en forma de película; es un sueño tras otro , un trip inigualable lleno de divertidas agitaciones internas, así como críticas fuertes a México y Estados Unidos. Elementos como la arena y el agua presentes en esta amalgama de sueños representados por el personaje principal. Cabe decir que el protagonista es una obvia representación de Alejandro Gonzales Iñárritu y su percepción de la migración, la familia, los amigos, los sueños y el dolor de las pérdidas.
La parte que más disfruté, en lo personal es la parte familiar, donde el personaje principal es de una enorme ternura al tratar con sus hijos temas de madurez y de intimidad, el retrato íntimo es una genialidad, disfrutas ver a la familia en donde sea, ya sea la casa, una fiesta, la playa, el desierto , así como la cercanía con su esposa y la sexualidad dentro de la película, la cual es tierna, realista y hasta normal , conmueve el ver al personaje de Silverio en su desnudez (literal y metafórica) al momento de acercarse a su familia viva , así como los fantasmas de su padre y su madre senil , Mateo (un hijo fallecido) y Silverio encontrándose a sí mismo en varias escenas. La verdad es que Iñarritu con la ayuda del cine-fotógrafo Darius Khondji captan imágenes preciosas , las cuales cubren los defectos más alarmantes de la peli , es de un contemplar y de un sentir que la piel se pone de gallina en ciertas escenas y el ritmo de la peli las primeras dos horas es alucinante.
Si recordamos filmes como “La Gran Belleza” de Paolo Sorrentino , es un ejercicio de retrospectiva del mismo director (Sorrentino) sobre su percepción de una Roma poco vista por las clases menos privilegiadas, así como los círculos de artistas y los sentimientos a flor de piel que al final desnudan a los personajes y los humanizan. Por su parte, Bardo planea este ejercicio pero que data en lo metafísico y en lo cómico , ya que el film goza de tener momentos de comedia muy bien elaborados. Iñárritu confiesa en una entrevista para el periódico Reforma que el recurre al humor como una manera de enfrentar sus conflictos internos en la película, pero aun así este filme es sumamente personal , es autocomplaciente y es una carta del director a sí mismo , pecando de que el director se haga un auto-fellatio y está bien , digo , Federico Fellini hizo 8 1/2 por la muy personal razón de pedirle perdón a su esposa Giullieta Masina por sus actitudes narcisistas y egoístas propias de un artista, es un punto de quiebre para el director, es un manejo de emociones del mismo G. Iñarritu y ya.
Ahora, mi debate es que la última hora tiene cosas sumamente innecesarias, que, si no salva el director de fotografía con su bellísimo trabajo, se pierden en el olvido. Los diálogos cortados donde se critica a México, y luego se le alaba, la escena del centro histórico de la CDMX donde claramente el director se roba cosas del videoclip de “Just” de Radiohead y una pila enorme de cadáveres donde encontramos a un Hernán Cortez citando a Octavio Paz, difícilmente el espectador podrá consagrar esta escena como algo para él. Como dije, este Alejandro habla para sí mismo , se felicita, se destruye, se vuelve a felicitar y al final se deconstruye espiritualmente , todo en un desfile de personas cercanas a él.
Los momentos históricos revuelven la psique de los asistentes a la sala, hay una representación de la batalla del castillo de Chapultepec, una burla a los programas de TV mexicana, critica la migración privilegiada y al final, el descuido de la gente que se hacen llamar Mexicanos cuando no viven en su país, esto señoras y señores es Bardo.
Y bueno al final si aparece una especie de mención por el título de la película , es donde están todos los que no se han dejado ir, los que no fluyen y los que no aparecen en círculos de nostalgia , es el sentimiento de darle lenguaje a lo que no hay; diálogos donde ni los labios mueven y claramente es una manera en que el director quiere concebirse a sí mismo como un Fellini más, un Godard más , e incluso pudo haber hecho un video ensayo sobre esa percepción, pero lamentablemente Laurie Anderson le ganó la idea en 2015 con “The Heart of a Dog”, que justamente explica lo que es Bardo. Casualmente hay una escena muy parecida al ensayo de Anderson con todo y perros incluídos.
Como sea, vayan a ver Bardo , vayan a sentir esa peli y en realidad en mi muy personal punto de vista, uno no debe entender la peli, sino sentirla, disfrutarla y callarse antes de llamar mamador a un realizador , como sea no es para todos y entiendo si eso pasa, yo sentí un golpe en lo más profundo , una aire de ternura y esperanza y es algo que rara vez pasa, sin embargo, no perdono las escenas largas y el final metafórico por ser tan pretensioso y si, muy mamón, pero definitivamente, de lo mejor que el 2022 ha visto.
Un rompecabezas que el espectador tiene que armar.