Simón de la montaña ▪ Argentina-Chile-Uruguay ▪ 2024 ▪ 98 min.
Director: Federico Luis Tachella / Guión: Federico Luis Tachella, Tomás Murphy y Agustín Toscano / Fotografía: Color Dir. Fotografía: Marcos Hastrup / Música original: Hernán González Villamil / Reparto: Lorenzo Ferro, Pehuén Pedre, Kiara Supini, Laura Nevole, Agustín Toscano, Camila Hirane Productor: Patricio Álvarez Casado, Ignacio G. Cucucovich, Fernando Bascuñán, Carlos Rincones / Distribuidora: Alfhaville Cinema
–Sinopsis–
Simón es un joven de 21 años solitario e incomprendido que vive al borde de la cordillera de los Andes. Cansado de los problemas familiares y con la intención de conseguir una pensión del Estado, comienza a asistir a una escuela de personas con discapacidad cognitiva haciéndose pasar como uno de ellos. Ganadora del Gran Premio de la Semana de la Crítica en Cannes 2024, Simón de la montaña es un anti coming of age que ofrece una mirada sensible y sin condescendencia hacia una comunidad socialmente marginada por su condición. En su ópera prima, el cineasta Federico Luis Tachella evade los prejuicios y se apoya en un brillante elenco de actores no profesionales con distintas neurodivergencias.
–Crítica–
Más allá de la picaresca que entraña la anécdota, misma que puede ser asimilada como alegre instinto de supervivencia, o bien extrapolada como inaceptable rebeldía social e inclusive como perverso abuso sobre los demás y en particular de las figuras femeninas presuntamente afectas, el filme nos mueve hacia la reflexión sobre las casi infaltables carencias emocionales que pueden padecerse producto del entorno.
Si bien Simón no es un neurodivergente desde el punto de vista clínico, sí lo es desde la falta de solvencia espiritual o moral, condición que tampoco es (al menos del todo) culpa suya. Tal anomalía, por lo demás, es indetectable por el Sistema hasta que se presenta una crisis emocional gravísima y con consecuencias devastadoras.
La seducción que ejerce el personaje principal nace del natural instinto por ejercer nuestra libertad sin límites, ya volviendo a ser niños irreverentes, tanto como adolescentes expectantes y seducibles frente a los esperanzadores regocijos del placer asimismo ilimitado. A Simón, del mismo modo que lo pierde falta de miras o idea de futuro a mediano o largo plazo, lo salva su falta de maldad y su abierta capacidad de empatía para con sus transitorios congéneres.Pese al melodioso e inspirador título, el filme nada tiene de pretensiones ascéticas como tampoco ninguna liga o paralelo con la ya clásica cinta de Luis Buñuel.