En Body, Body on the Wall (1997), Wim Vandekeybus lleva al extremo su poética del cuerpo como tensión, riesgo y reacción. La pieza —que cruza el lenguaje del cine y la danza con una fisicidad urgente y visceral— plantea un umbral inestable donde el cuerpo no actúa, sino que reacciona; no representa, sino que se expone a lo imprevisible. El muro no es un límite: es superficie de impacto, de proyección, de fuga.

Vandekeybus concibe el cuerpo como una fuerza en movimiento continuo, en estado de alerta y desequilibrio. En este sentido, su trabajo se inscribe en lo que Andrea Soto Calderón llama “una imagen que no se define por lo que muestra, sino por lo que produce” (La performatividad de las imágenes, 2020). Aquí, el cuerpo se vuelve imagen en acto: traza líneas de fuerza, colisiones, quiebres, no para ser interpretado, sino para ser vivido en su intensidad cruda.

El uso del video y la proyección no funciona como mero acompañamiento escenográfico, sino como una extensión de la corporalidad: fragmentada, duplicada, dislocada. Este juego de reflejos, pantallas y presencias superpuestas remite a la lógica del “espectáculo de atracciones” que Tom Gunning identifica en el cine primitivo: no hay progresión narrativa, sino choque, exhibición y sobrecarga sensorial. La imagen del cuerpo lanzado contra el muro, detenido en la pantalla, anticipa su caída, su rebote, su desaparición.

Pero este cuerpo reflejado no es un doble especular. Es un cuerpo transformado por el dispositivo. Como señala Georges Didi-Huberman en Lo que vemos, lo que nos mira (1992), hay imágenes que “nos toman por sorpresa” porque nos enfrentan con lo que no queremos ver: el peligro, la pérdida, la grieta. Body, Body on the Wall es precisamente eso: una coreografía de la inestabilidad, un ensayo sobre el cuerpo como frontera entre el impulso vital y la amenaza de su desaparición.
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El muro —metáfora del límite, de la tecnología, de lo inasible— no es solo un obstáculo, sino un plano de contacto. En ese espacio de fricción, el cuerpo se vuelve signo sin estabilizarse en ningún significado. Es vértigo, resistencia, animalidad y artificio al mismo tiempo.
- Soto Calderón, Andrea. La performatividad de las imágenes. Metales Pesados, 2020.
- Gunning, Tom. “The Cinema of Attractions: Early Film, Its Spectator and the Avant-Garde.” Wide Angle, 1986.
- Didi-Huberman, Georges. Lo que vemos, lo que nos mira. Cátedra, 1992.