
Gihan Tubbeh es una artista peruana cuya obra se sostiene en la potencia de lo insinuado, en la belleza del error y en la intensidad poética de lo accidental. Su trabajo transita un territorio afectivo y visual donde se entrelazan emociones universales y contradictorias: la supervivencia y la fragilidad, la violencia y la ternura, el horror y lo romántico. Lejos de ofrecer explicaciones, Tubbeh construye imágenes que respiran, que titubean, que se resisten a ser completamente descifradas, dejando espacio a la intuición y al afecto.

En Prohibido Recordar, su exploración se centra en la memoria emocional vinculada al amor, la ausencia y la nostalgia. El proyecto indaga en cómo distintos individuos procesan los recuerdos ligados a ex parejas o amantes, y lo hace a través de una estética marcada por la huella, la imperfección y el desgaste. Las imágenes, cargadas de cicatrices visuales —manchas, arañazos, marcas del tiempo o del uso—, evocan el carácter persistente del recuerdo afectivo: un recuerdo que, como el amor, no se borra del todo, pero cambia de forma, se vuelve opaco, fragmentado o incómodo.

La obra de Tubbeh se sitúa en ese umbral delicado donde la imagen no representa, sino que convoca. Donde lo roto se vuelve hermoso, y donde lo que falta —lo que duele o lo que alguna vez fue— se transforma en una forma poética de presencia. En sus trabajos, la memoria no es solo una herramienta narrativa, sino un campo de experimentación formal y sensorial, en el que cada imperfección es signo de lo vivido y cada ausencia, una forma de permanencia.

Desde una mirada íntima y profundamente sensorial, Gihan Tubbeh construye un archivo emocional de lo que recordamos, de lo que no podemos olvidar y de lo que, a veces, nos han pedido dejar atrás. Su obra es, así, una cartografía del amor como experiencia compleja, ambigua y luminosa en su fragilidad.




