
La práctica artística de Joaquín Segura se articula como una indagación crítica sobre las estructuras del poder, la violencia institucional y las ideologías que moldean los discursos políticos contemporáneos. A través de una obra diversa en medios y estrategias, Segura explora las tensiones latentes en el tejido sociopolítico, poniendo en evidencia las contradicciones inherentes a las superestructuras que gobiernan la vida colectiva.

Su trabajo reciente se enfoca en la anatomía del poder y en los dispositivos que sostienen el orden político, trazando conexiones con acontecimientos históricos específicos que funcionan como puntos de fuga para interrogar el presente. Lejos de una mirada ilustrativa o meramente documental, Segura crea piezas que operan como artefactos de disrupción: objetos y acciones que señalan la fragilidad de los sistemas de control y la violencia normalizada que subyace en la globalización de la crisis política.

La obra de Segura no busca ofrecer respuestas, sino insistir en preguntas fundamentales sobre el lugar de la disidencia, la memoria y la ideología en un mundo atravesado por la inestabilidad. Desde ese lugar, su práctica se constituye como un campo de tensión entre lo histórico y lo contemporáneo, entre el símbolo y la acción, entre la denuncia y la resistencia.




