
Artista argentino cuya práctica fotográfica explora la tensión entre imagen y ruina, entre proyecto y archivo, entre lo que fue y lo que no llegó a ser. Su trabajo no busca capturar la realidad sino reconfigurarla, situándose en un territorio intermedio entre el sueño y la historia, entre el fragmento y la posibilidad. A través de paisajes oníricos que recuerdan a los lunares y que disuelven los límites entre lo real y lo ficticio, Goymil construye una poética de la imagen que interfiere más que representa.

Su obra se desarrolla en contextos geográficos concretos —como las provincias de Salta y Catamarca—, pero evita deliberadamente cualquier aproximación etnográfica o turística. En proyectos como La métrica y la lágrima y Toda obra no construida es una ruina, Goymil investiga el archivo estatal y rescata los dibujos técnicos del arquitecto Francisco Salamone, particularmente aquellos que nunca se concretaron. No se propone reconstruir esos proyectos inconclusos, sino activar sus restos como potencia poética y crítica. Le interesa la imagen como ruina, como indicio de un tiempo que no se cerró del todo, como forma inestable que aún conserva una carga de futuro.

En oposición a la inmediatez de lo digital, Goymil recurre a procesos fotográficos analógicos —negativos, placas de vidrio, copias efímeras— que implican un volver atrás técnico y conceptual. Esta elección material no solo subraya la fragilidad de la imagen, sino que también encarna una forma de resistencia: una apuesta por lo difícil, por lo que no se fija ni se completa. A partir de fragmentos, encuadres múltiples y reorganizaciones visuales, sus imágenes componen paisajes que emergen de la imposibilidad y del montaje, mostrando lo incompleto como una forma de totalidad.

Inspirado por las ideas de Boris Groys, Goymil entiende el archivo como un lugar donde el pasado y el futuro se vuelven intercambiables, donde los proyectos fracasados o abandonados pueden encontrar nuevas formas de subsistencia. Su obra no mira al pasado con nostalgia, sino con el deseo de activar en él una energía latente, una promesa de sentido aún por desplegar. En su fotografía, la memoria no es un testimonio cerrado, sino un dispositivo de anticipación, un modo de imaginar lo que aún puede llegar a ser.




