
Durante su residencia en Zona de Riesgo Art, la artista Gabriela Fuentes Miranda llevó a cabo una profunda investigación en torno a las madres buscadoras de personas desaparecidas en México, una problemática urgente que interpela no solo a los derechos humanos, sino a las formas de representación y memoria desde el arte contemporáneo. Acompañada por la antropóloga Sabrina Melenotte, Fuentes desarrolló un proceso sensible y colaborativo que entrelazó el trabajo de campo, el archivo testimonial y la exploración estética desde una perspectiva crítica y afectiva.

Su estancia, se configuró como una práctica expandida de escucha y resonancia, un diálogo entre el arte, la antropología y los saberes encarnados de las mujeres que buscan a sus hijxs desaparecidxs. Este proceso fue acompañado por entrevistas, caminatas, recolección de objetos, registros de terreno y gestos rituales que luego se transformaron en materia poética, sonora y visual.
Los resultados de esta exploración fueron presentados en el Salón de la Plástica Mexicana, en una intervención transdisciplinar que convocó las voces de diferentes creadorxs. La poeta Mónica Martz M. activó las memorias del duelo a través de una lectura performática que entretejió textos inspirados en los relatos de las madres buscadoras. El artista sonoro Duncan Pinhas generó una cartografía acústica, mientras que el artista Bruno Bresani intervino mediante el sonido fracturando la linealidad del archivo, proponiendo una estética del error como gesto político y evocación del cuerpo ausente.

La obra de Fuentes busca situarse éticamente en la escucha y la co-presencia. Su propuesta se abre como un anarchivo, una constelación de resonancias que interpela los modos en que miramos, recordamos y acompañamos. Su investigación constituye un ejemplo potente de cómo el arte puede devenir herramienta crítica, puente sensible y dispositivo de reparación simbólica.