
En Silent Histories, Kazuma Obara despliega una de las aproximaciones más sensibles a la memoria silenciada de Japón. Con una mirada atenta al detalle y una ética del cuidado, el fotógrafo construye un relato visual que visibiliza las heridas menos narradas de la Segunda Guerra Mundial, las de quienes, siendo niños, sobrevivieron a los bombardeos aéreos estadounidenses y cargan hasta hoy con las marcas físicas, emocionales y sociales de ese trauma.

A través de retratos actuales, documentos de archivo y testimonios escritos a mano, Silent Histories se convierte en un dispositivo de reparación simbólica. Cada página es una grieta abierta al pasado, un intento por recomponer memorias fragmentadas que han sido históricamente desplazadas de la narrativa oficial. En su estructura visual, el fotolibro no impone una jerarquía entre imagen y palabra, ambas se entrelazan como fragmentos de un testimonio colectivo.
Obara mediante su cámara se aproxima con respeto, acompañando los rastros de quemaduras, amputaciones o miradas perdidas sin exponerlos al morbo. Es en esta contención donde reside la potencia política de su trabajo, nos mostra que el cuerpo es archivo, que la guerra persiste no solo en la historia, sino en la piel.

El proyecto interpela el presente ¿cómo se narran las guerras?, ¿quiénes quedan fuera de esas narrativas?, Obara responde a estas preguntas desde el gesto visual, desde una poética del silencio.

El trabajo de Kazuma Obara actúa como un contraarchivo, uno que organiza la historia desde el cuerpo herido.



