
El proyecto Mujeres en Venta —desarrollado por la Dirección de Comunicación Multimedial de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) en Argentina— representa una ambiciosa apuesta por articular una narrativa documental transmedia en torno al complejo fenómeno de la trata de personas con fines de explotación sexual.

Mujeres en Venta articula distintos formatos, videos breves (hasta 3 min), documental para TV de 26 min, campaña gráfica con realidad aumentada, mapa interactivo geolocalizado, cómic impreso y digital.
Esta estrategia permite, por un lado, llegar a públicos diversos (desde usuarios móviles hasta espectadores de TV) y, por otro, abordar el tema desde distintos ángulos, desde lo micro (testimonios) a lo macro (redes, rutas, mapa).

La dispersión de plataformas se convierte en un terreno de expansión de la historia. La campaña territorial con realidad aumentada puntualiza un cruce entre lo digital y lo físico —la “intervención urbana” la cual propone que la narración salga del entorno web para instalarse en el espacio urbano (la ciudad de Rosario).

El uso de un mapa colaborativo permite que los usuarios exploren y participen en la visualización del fenómeno de explotación sexual en argentina. Esta mediación documental y digital reúne rutas, geolocalización, participación y acceso dinámico, la cual se convierte en una navegación, en una forma de investigación visual y situada.
El proyecto expone historias narradas por las propias víctimas de la trata, además del universo de organizaciones, jueces, fuerzas de seguridad y especialistas.

La multiplicidad de formatos es un valor, pero exige una hilazón lo suficientemente visible para que el usuario perciba que todos los nodos pertenecen a un mismo universo. La investigación señala que aunque existe un “Recorrido Transmedia”, cierta navegación queda aún condicionada a scroll o estructura web más tradicional, lo que puede limitar la sensación de red abierta.
Mujeres en Venta propone un modelo de documental transmedia que combina investigación periodística, plataformas interactivas, soporte móvil, presencia territorial y testimonio. El proyecto integra de formatos que articulan lo digital, lo físico y lo participativo. Le da voz a las víctimas y contextualizar el problema en redes, rutas y estructuras.
Su valor está en las preguntas que plantea: ¿cómo narrar lo atroz sin caer en la espectacularización? ¿Cómo movilizar audiencia, territorio y plataformas hacia un cambio real? El proyecto despliega múltiples piezas narrativas que sirven como «entradas» al universo temático del documental.
